Ayer se movió mi meñique. Como un pajarillo saliendo de su cascarón, comenzó su viaje por la vida. Yendo por ahí o yendo por allá, me muestra lo que su intuición le dicta.
Lo acompaño porque es inseparable a mí y aunque a veces lo odio -por tomarse su independencia muy a pecho sin pensar en que aún pertenece a mi mano- es mi muy querido amigo. Me muestra las cosas y yo las observo, sólo así logro sobrevivir a esta vida que ocupa dos personalidades.
Es como mi alter ego, aunque el simplemente se considera el Ello de mi humanidad. De esto he aprendido dos cosas:
1. Uno no sabe para quien trabaja.
2. Yo no vivo para mí, vivo para mi meñique.
aveces siento algo similar.. sobre todo cuando mi pene golpea mi cerebro. Me gusta aparecerás en mi blog
ResponderEliminarTodo un talento
ResponderEliminarHola pasaba por tu espacio y me he quedado encantada con lo que he visto, he dedidido quedarme como deguidora, te felicito por lo que aquì compartes con todos los que entramos.
ResponderEliminaryo tengo dos blog a los que te invito sin ningun compromiso, ya sabes para llegar pincha en mi foto y estarás en mis blog en un plis, plas.
Hasta pronto besos nati.
Aguante! me encantó tu lugar..
ResponderEliminarmucha suerte.
Un abrazo
Troche