Mi meñique ha sido reconocido como artista.
Comenzó cuando asistimos a una galería de arte. Salí tan sorprendido aquel dia que enseguida quise iniciarme en el arte pictorico. Compré un caballete, pinturas, puse llave a mi habitacion y me dispuse a practicar.
Inicié burdamente. Poco a poco mi sentido artístico se iba desarrollando. Me imaginé en las grandes galerias, la critica, la fama... Mis sueños estaban a dos pinceladas de distancia, y no pensaba detenerme si no fuera porque un dia, una revista especializada publicó en su apartado de "nuevos artistas" una reseña sobre mi meñique. "El meñiquismo la nueva tendencia del siglo XXI"
Mi envidia no se hizo esperar. Al ser reconocido mi fracaso estaba predicho. Las galerias se obsesionaron por obtener una obra de mi meñique. Ansiaban llevarlo a las universidades y mostrar su obra; otros artistas llamaban para preguntar por él. Lo querían cerca, deseaban aprender la técnica, llevarla a su maxima expresión. Su destino estaba marcado.
Todo pudo seguir de no haber sido por alguien que comenzó a pintar con el pulgar...
