Mi Meñique (Parte II)

Desde aquel día de depresión no hemos parado. ¡Llevo semanas siguiendo a mi meñique a las Luchas de pulgares!

Como era de esperarse, siguiendo el instinto desenfrenado de mi meñique, caímos a este bajo mundo de lo ilegal entre apuestas y peleas. Cientos de meñiques congregados en este lugar, dueños de meñiques en su pobre condición de esclavos, tristes, resignados. No hay mucho ruido, cosa que se puede agradecer. Los meñiques no gritan, ¡ah! pero como golpetean en la lona del ring. Una caída y ¡paf! un estruendo rápido que despierta a algunos dueños que se quedan dormidos por ahi. Por allá estan esos rudos pulgares. ¡Que actitud! Listos para la lucha, apretándose, esquivando la caída. ¡Uno, dos, tres! ¡¡Cayó!!

Me he emocionado. Al parecer esto es vida para mi meñique. Mientras mi depresión seguirá. No hay redención...

Efesio el gato que habla poco (de todo) y dice mucho (de todo).

Cuento del Infinito

Mi meñique

Mi meñique me ha torturado: Por fin pude conseguir una cita y decidió estropearla.

Esto habría sido un exito para mi. Mi hombría en los cielos. Creí ser por un momento, el adonis perfecto, lleno de virilidad y hermosura. Para algunos soy un hombre torpe e inmaduro. ¡Pues tenganlo en cuenta la próxima vez que me vean! Lo logré de alguna forma y estoy contento.

O estuve, mejor dicho. Mi meñique habría de volverme la noche dificil. Estaba ya logrando parecer interesante. Dando la impresion de hombre de mundo, gran conocedor de datos curiosos y anécdotas intelecutales. Cuando de pronto comezó a ponerse inquieto. Llevé mi mano debajo de la mesa para detenerlo, pelea a muerte por la mujer de mi futuro, por mi estatus de adonis, todos los sabrían y me envidiarían. Lo detuve por un momento. Sabía que estaría planeando el contraataque.

Llegó la sopa. El contraataque no esperó. Traté de mantener estable la cuchara, mi meñique se erguía y tiraba de mi mano. Apenas probé bocado. Mi pareja me veía sospechosamente, realmente se puso nerviosa y no llegó el plato fuerte cuando se levantó al tocador. ¡No volvió! Seguramente le parecí demente o algo por el estilo. Este meñique me sigue a todas partes y en todas partes hace de mi una fiesta. Adios adonis, adios cordura. Adios amor.. adios...

Efesio el gato que habla poco (de todo) y dice mucho (de todo).

Cuentos del Infinito

Mi meñique (Parte I)

Hoy estoy más que deprimido. Estoy que muero, y no quiero levantarme.

Ahi está mi meñique, dando tirones y tirones para que me levante. ¡Pero no! Me niego a hacerlo. Vamos, ¿Qué yo no tengo desición? ¡Claro que la tengo! Y me quedaré aqui, en la cama, viendo los noticieros hasta que sea tarde y vuelva a amanecer.

Ahi está mi meñique, después de una hora, tirando. Ora par un lado, ora para el otro. Y tira y tira. Tengo desición, tengo fuerza de voluntad... Tengo desición.... Tengo ganas de comer...

Bien, me levantaré y volveré a la cama. ¡Entendiste meñique! Sin paradas en ningun lado. Sólo ir a la cocina comer y volver. Dos sencillas cosas que no tienen ninguna complicación.

He comido y volví sin percances. Empiezo a tener control sobre mi meñique. ¡Que bien! Y pensar que dije que sería miserable. He sido un tonto, más bien un incrédulo. No creía en la fuerza de voluntad, en la seguridad y esas cosas. Incluso tomo el remoto con desición. Cambio-Volumen. Si, lo siento.

Hoy, le gané una batalla a mi meñique... Un momento ¡¿A donde vamos?!..

Efesio el gato que habla poco (de todo) y dice mucho (de todo).

Cuentos del Infinito

Esta es una acuarela que apareció hace un tiempo en el Semillero de Blogs.

Mi meñique

Feliz Año Nuevo!!. Y después de tres meses de no publicar, de nuevo llega La Corbata del Meñique. (Con la respectiva disculpa a los que siguen este blog).

Gracias a todos los que pasan por aqui y dan un vistazo. Espero que sean de su agrado las nuevas publicaciones y esperen un poco más para este año. Sean bienvenidos (de nuevo) a la Corbata del Meñique.



He decidido hacer propositos para un nuevo año con mi meñique.

Bueno, ese pequeño ser que habita en mi extremidad me ha dado muchas batallas. Admito que no ha sido del todo agradable tenerle como compañia. Desafiándome, contrariando mis desiciones, alterando mi integridad emocional. Sin embargo, ha sido parte de mi desde que tengo memoria y mucho antes de eso. Reconozco que he sido un mal compañero, y resiento la culpa.

Para este año, comenzaré aceptandole como es, sin prejuicios morales, abierto a todas las posibilidades que su insoportable desmedida espontaneidad induce. Yendo de aqui para allá, donde el viento nos lleve. Dejaré que una bestia interna me envuelva en una locura maldita, aunque no consigamos ningún beneficio de ello y no me preocuparé por las consecuencias. Arriesgaré todo... por nada...

¡No! ¡Lo odio! Mi vida es imposible. ¡Ya no lo soporto! Tuve la suerte de no morir anteriormente. Estoy resignado a seguir viviendo la misma vida, en las mismas condiciones. Este año seré igual de miserable, con este compañero mío.
Año nuevo, vida anterior. Feliz año nuevo Meñique.

Efesio el gato que habla poco (de todo) y dice mucho (de todo).

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